Los fármacos estimulantes del sistema nervioso central, también llamados psicoestimulantes, psicotónicos, psicoanalépticos o energizantes psíquicos, son “drogas” que tienen varios efectos benéficos pero muestran un gran potencial de abuso. Dichos estimulantes se han clasificado en menores y mayores. Los estimulantes menores son la teobromina (extraída del chocolate), la teofilina (proveniente del té) y la cafeína (proveniente del café). Durante las dos décadas pasadas, se han realizado muchos estudios sobre la influencia que tiene el consumo de cafeína en la salud y aún ahora persisten las controversias y las equivocaciones acerca de este componente.
La sensibilidad de cada persona ante los efectos de la cafeína no es siempre igual y, a diferencia de lo comúnmente pensado, la cafeína no se acumula en el torrente sanguíneo o en el cuerpo, y por lo general, se excreta a las pocas horas de haber sido ingerida. Uno de los efectos más conocidos de la cafeína es su capacidad de actuar como estimulante, retrasando temporalmente el cansancio; efecto que puede causar insomnio en individuos sensibles
La cafeína, pertenece al grupo de sustancias llamadas metilxantinas. Estas estimulan el cerebro al interferir en la acción de la adenosina, un transmisor nervioso, que produce calma y tranquilidad; provocando una sensación de euforia y fuerza durante algunas horas. También facilita la actividad intelectual y la creatividad, al mantener despierto y en estado de alerta a la persona. Todo esto ocurre junto con un incremento de los niveles de adrenalina y noradrenalina, que son neurotransmisores activadores.
Una de las explicaciones del aumento del rendimiento en deportes de resistencia radica en que la genera una descarga de adrenalina que tiene como consecuencia un estímulo de la función cardiovascular incrementando la fuerza de contracción y la presión arterial. Otro factor importante para este incremento en la resistencia es el aumento de la lipólisis o liberación de ácidos grasos, aumentando sus niveles en plasma. Así se consigue una utilización más eficaz del glucógeno muscular y por ello se afirma que la cafeína actúa como ahorradora de glucógeno (Bowman, 1984). A través de este mecanismo se obtiene un sensible aumento en el rendimiento físico para esfuerzos aeróbicos y de larga duración.
Lo cierto es que la cafeína parece aumentar el rendimiento físico a través de mecanismos muy diferentes. Estimula el sistema nervioso central, mejora la concentración del deportista y disminuye la sensación de fatiga. Por otro lado, la cafeína es capaz de facilitar la liberación de calcio de sus depósitos en la célula muscular, estimulando así la contracción de forma más eficaz.
“La cafeína inhibe la fosfodiesterasa, que es responsable de la desactivación del AMPc. El crecimiento de la tasa de AMPc intracelular, amplifica sus acciones de un « segundo mensajero », lo que lo hace responsable de las principales consecuencias farmacológicas de la cafeína.” (Katzung, 1991)
Según el libro de Farmacología del doctor Manuel Litter, esta sustancia actúa en distintos niveles en todo el cuerpo. A dosis habituales de dos a cuatro tazas diarias -150 a 250 miligramos- estimula las funciones psíquicas y se hace más fácil el esfuerzo intelectual, la asociación de ideas y la atención. Existen casos en los que la cafeína es utilizada terapéuticamente para un fin determinado. Dado que la cafeína es un broncodilatador débil y a que reduce la fatiga de los músculos respiratorios, se ha sugerido también que puede reducir los síntomas del asma. Para esto se evaluaron los efectos de la cafeína como estimulante en la función pulmonar y los resultados mostraban que con la cafeína parece mejorar la función de las vías respiratorias en las personas que presentan asma, por
Es bien sabido que la tolerancia a esta sustancia se desarrolla con el consumo diario y cuando se crea una dependencia, aparecen síntomas como insomnio, inquietud y excitación que si se consume mayor cantidad pueden presentarse distorsiones en la percepción, temblores y alteración del ritmo cardíaco y la respiración. (Bowman, 1984). La cafeína es tal vez uno de los estimulantes más usados en el mundo y probablemente es por esto que hay tantas especulaciones con respecto a su ingesta y dudas acerca de su efectividad en la utilización terapéutica pero una realidad es que, además de efectos que pudieran ser nocivos para la salud, no todos los aspectos de la cafeína son negativos.
La sensibilidad de cada persona ante los efectos de la cafeína no es siempre igual y, a diferencia de lo comúnmente pensado, la cafeína no se acumula en el torrente sanguíneo o en el cuerpo, y por lo general, se excreta a las pocas horas de haber sido ingerida. Uno de los efectos más conocidos de la cafeína es su capacidad de actuar como estimulante, retrasando temporalmente el cansancio; efecto que puede causar insomnio en individuos sensibles
La cafeína, pertenece al grupo de sustancias llamadas metilxantinas. Estas estimulan el cerebro al interferir en la acción de la adenosina, un transmisor nervioso, que produce calma y tranquilidad; provocando una sensación de euforia y fuerza durante algunas horas. También facilita la actividad intelectual y la creatividad, al mantener despierto y en estado de alerta a la persona. Todo esto ocurre junto con un incremento de los niveles de adrenalina y noradrenalina, que son neurotransmisores activadores.
Una de las explicaciones del aumento del rendimiento en deportes de resistencia radica en que la genera una descarga de adrenalina que tiene como consecuencia un estímulo de la función cardiovascular incrementando la fuerza de contracción y la presión arterial. Otro factor importante para este incremento en la resistencia es el aumento de la lipólisis o liberación de ácidos grasos, aumentando sus niveles en plasma. Así se consigue una utilización más eficaz del glucógeno muscular y por ello se afirma que la cafeína actúa como ahorradora de glucógeno (Bowman, 1984). A través de este mecanismo se obtiene un sensible aumento en el rendimiento físico para esfuerzos aeróbicos y de larga duración.
Lo cierto es que la cafeína parece aumentar el rendimiento físico a través de mecanismos muy diferentes. Estimula el sistema nervioso central, mejora la concentración del deportista y disminuye la sensación de fatiga. Por otro lado, la cafeína es capaz de facilitar la liberación de calcio de sus depósitos en la célula muscular, estimulando así la contracción de forma más eficaz.
“La cafeína inhibe la fosfodiesterasa, que es responsable de la desactivación del AMPc. El crecimiento de la tasa de AMPc intracelular, amplifica sus acciones de un « segundo mensajero », lo que lo hace responsable de las principales consecuencias farmacológicas de la cafeína.” (Katzung, 1991)
Según el libro de Farmacología del doctor Manuel Litter, esta sustancia actúa en distintos niveles en todo el cuerpo. A dosis habituales de dos a cuatro tazas diarias -150 a 250 miligramos- estimula las funciones psíquicas y se hace más fácil el esfuerzo intelectual, la asociación de ideas y la atención. Existen casos en los que la cafeína es utilizada terapéuticamente para un fin determinado. Dado que la cafeína es un broncodilatador débil y a que reduce la fatiga de los músculos respiratorios, se ha sugerido también que puede reducir los síntomas del asma. Para esto se evaluaron los efectos de la cafeína como estimulante en la función pulmonar y los resultados mostraban que con la cafeína parece mejorar la función de las vías respiratorias en las personas que presentan asma, por
Es bien sabido que la tolerancia a esta sustancia se desarrolla con el consumo diario y cuando se crea una dependencia, aparecen síntomas como insomnio, inquietud y excitación que si se consume mayor cantidad pueden presentarse distorsiones en la percepción, temblores y alteración del ritmo cardíaco y la respiración. (Bowman, 1984). La cafeína es tal vez uno de los estimulantes más usados en el mundo y probablemente es por esto que hay tantas especulaciones con respecto a su ingesta y dudas acerca de su efectividad en la utilización terapéutica pero una realidad es que, además de efectos que pudieran ser nocivos para la salud, no todos los aspectos de la cafeína son negativos.
Bibliografía
1.Brau, Jean-Louis. (1973). La historia de las drogas, Ed. Bruguera. España.
2.Avram Goldstein, Lewis Aronow, Summer M. Kalman. (1979) farmacología. Ed.
Limusa. México.
3.W.C. Bowman, M.J. Rand. (1984). Farmacología: bases bioquímicas y
patológicas, aplicaciones clínicas. Ed. Interamericana. México.
4.Bertram G. Katzung. (1991). Farmacologia básica y clínica. Ed. Manual
Moderno. México.
5. http://perso.wanadoo.es/jcuso/drogas-medicamentos/otras-sustancias-
psicoactivas.htm
1.Brau, Jean-Louis. (1973). La historia de las drogas, Ed. Bruguera. España.
2.Avram Goldstein, Lewis Aronow, Summer M. Kalman. (1979) farmacología. Ed.
Limusa. México.
3.W.C. Bowman, M.J. Rand. (1984). Farmacología: bases bioquímicas y
patológicas, aplicaciones clínicas. Ed. Interamericana. México.
4.Bertram G. Katzung. (1991). Farmacologia básica y clínica. Ed. Manual
Moderno. México.
5. http://perso.wanadoo.es/jcuso/drogas-medicamentos/otras-sustancias-
psicoactivas.htm
Muy interesante el artículo. Yo tomaba cafeína de un modo regular todas las mañanas (si lo hacia por las tardes, no me dejaba dormir) pero empecé a sufrir unos ataques de ansiedad muy fuertes (no debidos a la cafeína) y ahora ya no la puedo consumir. Debo decir que no la echo de menos para nada, aunque se que hay gente que no puede vivir sin ella. Saludos.
ResponderEliminarPara mi la cafeína supuso que mi vida fuera completamente arruinada durante varios años. Me quitó la motivación por hacer cosas y me producía un estado de ansiedad e inquietud extrema por el cual era incapaz de realizar cualquier tarea por no poder concentrarme. Supongo que tendré algún tipo de desequilibrio químico en mi cerebro que me produce tan drásticos efectos; es más, cuando tomo aunque sean 2 o 3 bombones de chocolate me produce una ansiedad tremenda. También es cierto que durante muchos años mezclé cafeína con taurina (Red Bull o Monster) de forma regular, lo que ayudaría a estos efectos seguramente. Un saludo y muy interesante tu aportación con este artículo.
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